Arizona, de Histrión Teatro

Crítica

Gema Matarranz, la tecla mejor afinada

Teatro Alhambra. Granada. 11,12 y 13 de diciembre de 2014.

Quienes seguimos a Histrión desde hace años, hay un elemento indiscutible de enganche en su teatro que invita a repetir como público en cada uno de sus nuevos espectáculos: el nivel interpretativo de sus actores. Tanto en la arizonaescenificación de grandes clásicos como en sus últimos romances con el teatro contemporáneo, el alma máter de la compañía granadina resulta igualmente lúcida.
Gema Matarranz sigue brillando en Arizona a pesar de que a esta nueva pieza no se le puede sacar el mismo jugo que a algunos de sus trabajos anteriores.

Para bien, seguramente, el tándem Histrión-Veronese dejó una huella difícil de olvidar, y las comparaciones con los montajes intensos y de plurales lecturas de la mano del argentino son, me temo, inevitables. No obstante, en esta ocasión, son solo a dos actores a los que les toca encantar con su gesto al respetable, con el poco artificio de una austera pero eficaz escenografía, y con un texto sencillo y de ligero contenido ideológico (digo lo de ligero porque, aunque la tesis moral se presenta de forma clara, no genera, ni por su lenguaje ni por su fondo, demasiada controversia). Se agradece que el teatro busque la reflexión del espectador mediante el contenido crítico, máxime si una compañía se ha centrado más en otras intencionalidades, como es el caso, (a mi juicio, el riesgo y la innovación son valores que hay que considerar), sin embargo, el de remover conciencias no es su punto fuerte.

Entre las fortalezas de Arizona se cuentan, como ya he dicho, la versatilidad de la Matarranz, cuyas expresiones faciales pocas veces podrán aburrir los ojos del espectador, bien apoyada por David García como fiel representante de la suficiencia intelectual y, por extensión, y de manera paradigmática, la intolerancia, el dogma y la superioridad occidental y de género. Además, la intertextualidad al cine norteamericano de los 50 le aporta una estética atractiva y un marco de referencia que permite vehicular la historia a través de la ironía. El escritor y director de esta pieza, Juan Carlos Rubio, nos introduce en una especie de Pleasantville de este siglo, donde, al igual que en la obra cinematográfica, la realidad irá desmontando la ingenua idealización de las cosas. Arizona pone de manifiesto el conflicto de la emigración cuestionando el pensamiento irracional, la xenofobia o el patriarcado a través de una pareja que comienza a no reconocerse (tal vez nunca llegó a conocerse) cuando uno de los miembros cuestiona el sentido de la labor que están realizando, cuando, en definitiva, se atreve a pensar por sí misma. La brecha entre ellos, entonces, será insalvable, y el recelo los convertirá al uno en vigilante del otro para evitar que ninguno consiga su objetivo.

Ficha artística y técnica:

Autor y director: Juan Carlos Rubio
Intérpretes: Gema Matarranz, David García Intriago
Ayudante de dirección: Chus Martínez
Escenografía: José Luis Raimond
Iluminación: José Manuel Guerra, Juan Felipe Tomatierra
Música: Javier Viana
Producción: Histrión Teatro

Publicado originalmente en Luxedden.blogspot.com

 

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