Crítica
Seamos positivos, asumamos la desdicha con una sonrisa
Teatro Alhambra. Granada. 13 y 14 de febrero de 2015.
Se puede ser maestros de la coreografía a la vez que se es de la imagen. La Zaranda construye fotografías inolvidables en la escena con la misma gracilidad con que se mueven los intérpretes junto a los elementos del mobiliario escénico, actores mudos, pero protagonistas y compañeros inseparables de los de sangre y verbo.
Y estos se sienten como en casa (van ya 40 años de hipoteca de bambalinas) entre las estructuras móviles que, como muebles de Ikea, prácticos y austeros, se forman y deforman a discreción. Este es solo un sello con valor añadido y de procedencia universal. El principal aval es su humor del absurdo, integrado en la crítica social, la reflexión existencial y de la condición humana. Un sentido del humor propio y sin pudor para reírse del sí mismo, que esconde más de lo que muestra, y que combina pornográficamente lo popular con lo elevado. Un humor trágico con el que se pone de relevancia el sinsentido de mantener la esperanza. Y es que aquello de lo que pretende huir el cuarteto de ancianos de El grito en el cielo -la muerte- es, irónicamente, a la vez la única salida que tiene para alcanzar su objetivo de perder de vista la residencia.
En esta nueva entrega, de manos de Paco de La Zaranda, la historia de Eusebio Calonge se revela sin embargo menos simbólica, con un texto más mascadito y, por tanto, menos sugerente. Un “pero” al que se suma un final un tanto agónico, que parece anticiparse en más de una ocasión, y que finalmente se dilata por tal de regalarnos alguna más de esas secuencias coreografiadas tan del gusto del ojo del espectador antes de alcanzar el clímax en una hermosa despedida para los sentidos.
Se le perdona el coitus interruptus a este Teatro Inestable de Andalucía la Baja porque gustan los espectáculos con personalidad propia, por entretener a la par que deleitar, y por mantenerse en la inestabilidad a lo largo de esas -¡ahí es nada!- cuatro décadas. No obstante, es preciso advertir que la frontera entre la identidad y la repetición (ese recurso que lingüísticamente sobrexplotan y sí genera cómicos beneficios) resulta en ocasiones demasiado frágil.
Ficha técnica y artística:
Texto: Eusebio Calonge
Dirección: Paco de La Zaranda
Intérpretes: Celia Bermejo, Iosune Onraita, Gaspar Campuzano, Enrique Bustos, Francisco Sanchez
Iluminación: Eusebio Calonge
Espacio Escénico: Paco de La Zaranda
Fotografía: Juan Carlos García y Víctor Iglesias
Distribución: Producciones Teatrales Contemporáneas
Publicado originalmente en: luxedden.blogspot.com