Éramos tres hermanas, del Teatro de la Abadía

Crítica

Frío en las provincias rusas

Teatro Alhambra. Granada. 16 y 17 de enero de 2015.

Se hace el oscuro, y el aplauso precipitado ya da pista de un público presuroso por continuar el segundo pase en los bares. ¿Por qué deja fría una obra donde no puede haber queja entusiasta de ninguno de sus elementos? El texto es éramos-tres-hermanas-hoyenlacity-teatro-abadía-dentro-1hermoso; la adaptación, adecuada; las actrices, resolutivas…

¿Será que el espectador no ha querido entender el corte y confección de Sanchís Sinistierra: la narratividad en la escena, la repetición, el doblete de personajes sin cambio de vestuario…? Nada de ello estorba (al contrario, le da una original personalidad) y, sin embargo, no consigue hacer volar la pieza.
Como ejercicio teatral, ¿le faltaba acción, ritmo, espectacularidad?
¿Por qué se perdía el hilo cuando la trama está claramente desgajada, y las toses en el patio de butacas se extendían como el ébola hasta contagiar a la mismísima Mamen García?
¿Es este el Teatro de la Abadía que en veinte años de trayectoria ha cosechado varios premios para 21 de sus producciones?


Cuando se les supone a director y autor que han dado unas vueltas a la puesta en escena para acomodar la estética y el estilo becketiano que Sanchís Sinistierra le imprime al texto, y consta que el dramaturgo reflexiona sobre la forma de traer a Chéjov al teatro contemporáneo, ¿por qué, aún así, la historia no llega? Puede que Moscú esté lejos, pero el anhelo por una vida distinta y la reflexión sobre el sentido de la vida -que es lo que aquí representa la capital rusa- es consustancial al ser humano y, por tanto, trasciende el tiempo y el lugar.
Me empeño de veras en tratar de encontrar las causas por las que este espectáculo no provoca, consciente de su apuesta por la austeridad, con el escueto adorno de las canciones al piano (que se agradecen infinitamente más que una casi inaudible música de fondo enlatada en algunas escenas que, por momentos, molesta más que acompaña), pero fracaso si es que quiero encontrar las justificaciones por separado. El resultado, al final, es una cuestión de conjunto. Y aunque las hermanas brillan (literalmente, gracias a su proyección sobre el suelo de espejos), la pieza luce, finalmente, algo apagada.

Ficha artística y técnica:

Producción: Teatro de la Abadía
Texto: José Sanchís Sinistierra (sobre Éramos tres heramanas, de Anton Chéjov)
Dirección: Carles Alfaro
Intérpretes: Julieta Serrano (Olga), Mariana Cordero (Masha), Mamen García (Irina)
Espacio escénico: Carles Alfaro, Vanessa Actif
Iluminación: Carles Alfaro
Vestuario: Ikerne Giménez
Espacio sonoro: Javier Almela
Maquillaje y peluquería: Esther Barcenilla, Nayra Lobato
Vestuario: Miguel Crespi
Ambientación de vestuario: María Calderón
Ayudante de dirección: Montse Calles
Asistente de dirección: Andrea Delicado

Publicado originalmente en luxedden.blogspot.com

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