Proyectos de futuro anclados en las aguas cenagosas del pasado

Reproducimos a continuación el editorial aparecido en el número 171 de Artez (julio de 2011). Es tan claro que no hacemos ningún comentario ni recomendación, salvo su lectura y puesta en práctica.

Proyectos de futuro anclados en las aguas cenagosas del pasado

Parece existir una consigna: Hacer como si no pasara nada. No hay que hacer ningún gesto, ni quejarse, ni mostrar la situación tal cuál es. Simulación. El mundo de las apariencias. Los proyectos se están pudriendo, pero ponemos buena cara. El futuro está cuarteado por los errores del pasado en el que se vivía en otra simulación amparada en una gestión del presupuesto cultural fuera de toda norma cultural.

Artez, revista de las Artes Escénicas

Artez, revista de las Artes Escénicas

Cuando los necios se instauran en el machito sube el precio, pero baja el valor. Y en esas estamos, sin valor, el precio lo pone el mercado, y el mercado es un negocio controlado por el oligopolio con aires de santa hermandad entre unos productores adeptos, unos distribuidores sin aliento y unos exhibidor es demasiado dispuestos a dejarse querer.

Solamente se podrá afrontar alguna solución con visos de recuperación sostenible a partir de volver a los valores básicos que nunca se debieron arrumbar de manera tan frívola. Los apóstoles del neoliberalismo que vengan ahora a contarnos otra vez sus teorías, que repitan hasta la saciedad sus fórmulas caducas, y quienes se las compren que las asuman, pero que se advierta que la situación actual es fruto, precisamente, de aplicar esas medidas tan absurdas y fuera de la lógica y que la solución no puede ser por esa vía, sino, más bien, justo por la contraria.

Y la contraria es valorar la creación, la autoría, el compromiso, lo colectivo por encima de lo individual, saber que los públicos necesitan tanto la diversidad de ofertas para su existencia que se debe acabar de una vez por todas con la dictadura de los porcentajes de ocupación como única medida del valor que se convierte en monocultivo de espectáculos comerciales con famosos, que se deben rescatar los edificios de titularidad pública secuestrados por la ignorancia política y la inoperancia funcionarial y hacerlos permeables a la sociedad, que tengan acceso todos los creadores de todos los géneros y categorías, a partir de un compromiso, un programa, una visión de futuro más allá del ¿qué hay de lo mío?

Algunos pensamos que a las Artes Escénicas le hace falta un buen calambrazo como el 15-M, un debate abierto para acabar con esa sensación de fatalidad, de que lo que se hace es lo único que se puede hacer y además es irremediable, que se vuelva a insuflar ilusión, libertad de expresión, capacidad de espontaneidad a un sistema que hemos creado entre todos y que se nos presenta de manera clara como inservible, inviable, insostenible, alejado de las necesidades de esta nueva situación económica, social y política. Hablar, debatir, pensar, opinar, ajustarse a la realidad. ¿Por dónde empezamos?

Formación contínua

Parece incuestionable que el reciclaje de los profesionales en todos los ámbitos de las Artes Escénicas es una de las formas de asegurar una buena disposición para afrontar con esperanzas los nuevos tiempos. Celebramos la existencia de tantos talleres, jornadas, encuentros dedicados a la iniciación, al perfeccionamiento, a la especialización, en todos los campos. Es una magnífica manera de aprovechar los meses estivales, los parones de trabajo, pero hay que seleccionar bien, mirar con mucha atención porque existen algunas ofertas sospechosas de falta de rigor. Y quien las sufra, que las denuncie, por favor.

Carlos Gil Zamora. Artez, julio 2011.

Deja un comentario